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Investigador: J. Benveniste (inmunólogo médico francés)

Benveniste fue el primero en hablar de la «memoria del agua» en 1988. Dijo que el agua captura, almacena y transmite señales electromagnéticas. Lo comparó con una cinta magnética. Demostró que a pesar de la alta dilución (10-30) de una molécula biológicamente activa (VIH) en el agua, todavía podía actuar a través de sus señales electromagnéticas (SEM) almacenadas en las nanoestructuras moleculares del agua, ¡aunque ya no estuviera físicamente presente!

¿Transducción, un signo de la «memoria» del agua?

Investigador: Luc Montagnier (Premio Nobel de Medicina) basado en el trabajo de Jacques Benveniste

¡Experimento de transducción in vitro en 2005: reconstitución de la «huella» electromagnética = firma SEM (Electro-Magnetic Signal) de baja frecuencia (entre 0 – 20 KHz) emitida por el ADN extraído del plasma sanguíneo de una persona que sufre una patología crónica de origen infeccioso (bacteria, virus) a través de las nanoestructuras moleculares del agua (que se unen en «dominios de coherencia» a través de puentes de hidrógeno) que actúan como si estuvieran en presencia de la bacteria o virus físicos!

Memoria del agua: Eliminación de «mejillones contaminantes«.

Es mediante la magnetización del agua que sus cadenas moleculares se polarizarán y reestructurarán, neutralizando así la huella energética de los contaminantes que ha contenido (¡incluso si ya no están presentes!). De hecho, según la teoría de la «memoria» del agua, los contaminantes dejarían su firma energética (en forma de SEM) en la estructura nano-molecular del agua que la capturaría. Es principalmente el vórtice magnético del biodynamizer® el que neutralizará estos mejillones contaminantes. De lo contrario, esta información energética se comunicaría al agua del cuerpo.

Crédito: imágenes ilustrativas de Arte

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